Dicen los
que conocen del tema, que el birrete militar es una pieza más del uniforme: feo,
deslucido y sin visera para el sol. Tiene un empleo más esporádico que la gorra
y preferentemente se lo usa con campera, camisa o chaleco militar.
Es un gorro plegable, fácil de guardar, realizado con tela firme y muy práctico.
Su historia data de principios del siglo XX, desde que la Marina de los Estados
Unidos lo puso en práctica.
Hemingway
fue uno de los reconocidos personajes que usó gorras y birretes. Una de las
piezas de valor incalculable es su gorra de paramédico del ejército italiano de
1917. Ese birrete junto a una compresa para heridas - con una pegatina lateral
del año 1916 y las palabras “Nro. 12 Compresse di Mussola al ladoformio cm 20
x 95. Farmacia Centrale Militare”- están celosamente guardados por un
coleccionista austríaco.
Durante
la Primera Guerra Mundial, Hemingway se ofreció voluntariamente para servir en
Italia como conductor de ambulancia de la Cruz Roja. El 8 de julio de 1918, a
los 19 años, Ernest resultó gravemente herido a orillas del río Piave, en Las
Dolomitas del frente italiano. Hemingway recordará la detonación de la granada
como una tos lejana y el “chu-chu” del tren, imagen que utilizará después en Adiós a las armas (1929).
El
birrete sufrió el paso del tiempo y ganó el olvido. Sin embargo, a pesar de
haber sido devorado por las polillas, fue restaurado utilizando el mismo paño
militar y hoy forma parte de la colección privada de una asociación austríaca.
Caben
muchas dudas si ese birrete es en verdad el que uso Hemingway. Los
investigadores nunca se pusieron de acuerdo. De todos modos, la gran mayoría de ellos, coincide que se
trata de un elemento más que forma parte de la leyenda Hemingway.